“Lo que estamos haciendo es importante porque ayunar es un símbolo de poder, es una forma de protesta. Nos permite encontrar el poder mental para hacer frente a esta situación”, afirma convencido Humberto Márquez, un soñador mexicano de 22 años que forma parte del grupo de 30 jóvenes beneficiados con el DACA que se ha declarado en huelga de hambre.
Los manifestantes se encuentran frente al Congreso estadounidense, acatando la radical medida desde el martes último y planean extenderla hasta el viernes. Ellos piden que los legisladores aprueben cuanto antes una ley que evite su deportación.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes el fin del plan de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), programa que otorgaba a quienes llegaron ilegalmente Estados Unidos siendo niños permisos de estadía y trabajo de dos años, renovables. No obstante, Trump dio seis meses al Congreso para aclarar la situación.
“DACA me permitió estudiar. La universidad me consideró como un estudiante de Arkansas y no un extranjero y entonces pude pagar una matrícula más barata. Acabo de graduarme y, ciertamente, ahora mi futuro no tiene claridad, ninguna dirección específica en este momento”, se lamentó Márquez.
El joven teme por su familia, especialmente por su hermana que, como él, recibió los beneficios del programa DACA, proclamado en 2012 por el entonces presidente Barack Obama.
La suspensión del DACA ha provocado un alud de críticas a Trump, desde el propio Obama, que la calificó de “cruel”, hasta destacados líderes del mundo empresarial y las organizaciones proderechos civiles.