Científicos de la NASA han revelado un plan para contrarrestar la amenaza de una catastrófica erupción del supervolcán de Yellowstone, que amenaza con dejar al planeta en un “invierno volcánico’” durante varios años.
El evento produciría grandes cantidades de magma y una devastadora nube de ceniza que ahogaría la Tierra de la luz solar durante muchos años (un invierno volcánico).
Yellowstone, uno de los 20 supervolcanes conocidos, podría ser una de las mayores amenazas a la vida humana en la Tierra, potencialmente peor que un ataque de asteroides o cometas.
Científicos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) han preparado un ambicioso plan para impedir el desastre y evitar que el volcán explote, un método arriesgado que consiste en enfriar las cámaras de magma dentro del supervolcán.
Yellowstone pierde entre el 60 y 70 por ciento de su calor en la atmósfera, pero el restante permanece dentro y podría convertirse en una súper erupción.
Los científicos de la NASA creen que podrían evitar esta catástrofe con la ayuda de agua fría, que según los investigadores podría inducir una reducción del 35 por ciento en la cantidad de calor almacenado en las cámaras de magma.
Según el informe, una tarea tan pesada como ésta podría lograrse perforando 6.2 millas en el supervolcán y bombeando agua a alta presión.
El agua que sale del supervolcán, según la NASA, estaría hirviendo a unos 350 grados centígrados, y podría ser utilizada para generar electricidad.
No obstante, el proyecto tendría un costo aproximado de tres mil 460 millones de dólares; un presupuesto imposible, por lo que la NASA intenta incentivar al mundo empresarial para que participe.
Bajo el Parque Nacional de Yellowstone, en el oeste de Estados Unidos, yace un coloso dormido de 90 kilómetros que contiene entre 200 y 600 kilómetros cúbicos de roca fundida.
Y estas cifras sugieren que este supervolcán es 250 por ciento más grande de lo que se pensaba, según las conclusiones de un estudio presentado en la reunión anual de la Unión de Geofísicos de Estados Unidos (AGU) que se realizó en San Francisco, California.