Rafael Nadal es ya una leyenda en uno de los torneos más prestigiados del deporte blanco. El español reescribió la historia del tenis al ganar por décima ocasión el título de Roland Garros, al derrotar en tres sets al suizo Stan Wawrinka por 6-2, 6-3 y 6-1, en una demostración a la altura del Rey de la arcilla que desde este lunes tomará la segunda posición del ranking mundial de la ATP.
Nadal llegó además a 15 títulos de Grand Slam para romper el empate que sostenía con el estadunidense Pete Sampras, y está a tres del récord absoluto en poder de Roger Federer.
Nadal fue simplemente una prueba de lo que el manacorí significa para el tenis. Un jugador intenso, poderoso, perfeccionista, con una variedad de golpes a los que Wawrinka pocas veces, muy pocas veces tuvo respuesta.
Golpes paralelos, cruzados, de revés, con el drive, todo le salió hoy al astro español, quien tuvo que hacer un enorme esfuerzo de contener el llanto mientras sonaba el himno español, ya con la Copa de los Mosqueteros en sus manos.
El partido fue un duelo parejo solamente durante los primeros cuatro games, después de eso Rafa fue el amo y señor de la final del torneo francés.
Es además el último título en Roland Garros de la dupla Toni-Rafa, ya que su tío y entrenador dará un paso al costado para dejar a su sobrino en manos de Carlos Moyá.
Durante la ceremonia de premiación la organización del torneo presentó un video de todos los títulos que Rafa ha ganado en su carrera en Roland Garros, y por si fuera poco su tío, Toni, le entregó una réplica especial del trofeo para conmemorar un logro extraordinario y único en el tenis mundial.
