Manifestantes contra la investidura del presidente estadounidense, Donald Trump, chocaron violentamente con la policía, lo que ocasionó heridos y un centenar de detenciones.
Desde temprana hora varios grupos de manifestantes realizaron bloqueos para que los simpatizantes de Trump no pudieran acceder a los puntos del recorrido del desfile inaugural reservados para el público en el centro de Washington.
Los inconformes al grito de “Trump no es mi presidente” y “No a Trump, No al KKK, No a un EU fascista, crearon cadenas humanas para obligar al cierre de los accesos, mientras que la policía hacía lo posible para permitir el paso de aquellos que buscaban tomar sitio para saludar al flamante presidente.
En otros accesos los manifestantes se mezclaron de manera pacífica con los centenares de miles de personas que querían celebrar la toma de posesión de Trump, quien llega con el más bajo índice de popularidad de la historia reciente del país y que ha escandalizado con sus comentarios contra inmigrantes, musulmanes o mujeres.
Las demandas iban desde los derechos al aborto, de los homosexuales o de los nativos estadunidenses o la defensa del medio ambiente, temas en los que el nuevo presidente se ha mostrado dispuesto a tomar sendas que podrían deshacer los progresos de los últimos años.
Poco después de que Trump jurara su cargo en el Capitolio, una de las manifestaciones que transcurría de manera pacífica y festiva desde Union Station a la plaza McPherson se desintegró cuando un grupo de anarquistas y antifascistas comenzaron a romper escaparates y a enfrentarse con la policía.
Las autoridades de Washington informan que al menos 95 personas fueron detenidas, mientras que un portavoz del Cuerpo de Bomberos informó de al menos dos policías y un manifestante resultaron heridos de consideración.