Un equipo europeo de astrónomos captó el nacimiento de una estrella, una espectacular explosión similar a fuegos artificiales, en la constelación de Orión, a unos mil 350 años luz de distancia.
Los expertos del Observatorio Austral Europeo (ESO), con la ayuda del telescopio ALMA -situado en Chile-, han logrado registrar en alta definición este fenómeno “violento y explosivo” mientras exploraban los restos del nacimiento de un grupo de estrellas masivas, según un comunicado de esta organización.
Los hechos se captaron en una densa y activa fábrica de formación de estrellas llamada Nube Molecular de Orión 1 (OMC 1) que forma parte de la conocida nebulosa de Orión y parecen “una versión cósmica de fuegos artificiales con serpentinas gigantes que salen disparadas en todas direcciones”.
La potente erupción que se desencadenó”, prosigue el comunicado, “hizo que tanto las protoestrellas cercanas como cientos de colosales chorros de gas y polvo, en forma de serpentinas, salieran despedidos hacia el espacio interestelar a más de 150 kilómetros por segundo”.
Este cataclismo, según estimaciones de la ESO, liberó tanta energía “como la que emitiría el Sol en 10 millones de años”.
Más allá de la belleza de las imágenes, las instantáneas revelan además “importantes detalles” para los expertos sobre el proceso del nacimiento de una estrella.
Según la ESO, arrojan luz sobre estos fenómenos y ayudan a “los astrónomos a entender la fuerza subyacente de la explosión”, y qué “impacto” tienen estos acontecimientos en la “formación de estrellas por toda la galaxia”.
Por ejemplo, se ha constatado que este tipo de explosiones, cuya duración se estimaba “relativamente breve” puede durar “unos pocos siglos”.
Las estrellas nacen cuando una nube de gas cientos de veces más masiva que nuestro Sol comienza a colapsar bajo su propia gravedad y algunos núcleos llamados protoestrellas se acercan entre sí hasta chocar, provocando violentas explosiones.