El pitcher cubano de los Marlins de Florida, José Fernández “probablemente” conducía una embarcación cuando murió con dos amigos al chocar contra un rompeolas en Miami Beach, reveló una investigación de la Comisión de Pesca y Vida Salvaje de la Florida.
El informe de 46 páginas divulgado el jueves incluye una gráfica sobre la ubicación de los tres hombres a bordo del bote en la que el lanzador de los Marlins de Miami aparece al volante, basándose en la “evidencia física” recopilada durante la pesquisa, incluyendo las huellas dactilares y el ADN del pitcher en el timón y el acelerador, y la trayectoria de su cuerpo al salir volando de la lancha. El informe también menciona que el consumo de alcohol y drogas fueron factores en el accidente.
El bote Sea Vee de Fernández, de 32 pies (9,75 metros) de eslora, viajaba a 67.5 millas por hora (108.63 kilómetros por hora) cuando se estrelló poco después de las 3 a.m. del 25 de septiembre, señala el informe. Fernández y los otros pasajeros, Emilio Jesús Macías y Eduardo Rivero, salieron expulsados.
Los investigadores indicaron que si Fernández hubiese sobrevivido el choque, podría haber sido acusado de varios crímenes, incluyendo homicidio por manejar intoxicado.
El informe incluye un intercambio de mensajes de texto de la noche del accidente entre Rivero y María Arías, la novia de Fernández. Ella dijo a Rivero que habían estado discutiendo, y que cuidara al as cubano. “Ha estado bebiendo, y no está bien de la cabeza”.
Los buzos de rescate encontraron el cuerpo de Fernández sumergido debajo del bote, pillado contra una roca. Macías estaba sumergido en una especie de piscina formada por la marea en el rompeolas, y Rivero estaba sumergido con la cabeza y el pecho debajo de una roca. Todos estaban muertos cuando llegaron las autoridades.
El informe indica que las autoridades no pudieron identificar inicialmente a Fernández debido a los golpes que sufrió en el rostro, y tuvieron que buscar fotos por internet de un tatuaje suyo. También encontraron una identificación de Grandes Ligas en su billetera.
Según el informe, la madre de Fernández, Maritza Fernández, insistió a las autoridades el día del accidente que su hijo “siempre manejaba” su bote. También dijo que el pelotero no bebía mucho ni usaba drogas.
Ralph E. Fernández, un abogado de Tampa y amigo de la familia, también fue entrevistado con la madre del pitcher y otros familiares. Dijo que sabía que el jugador gustaba de beber, y que no le sorprendería si hubiese estado tomando esa noche. El abogado también describió al lanzador como una persona controladora e “impulsivo”.
Los investigadores entrevistaron a Yuri Pérez, el dueño de una discoteca en South Beach que firmó haber estado conversando por teléfono con Fernández al momento del choque. Pero los registros de GPS y de teléfono muestran que Pérez estuvo hablando con Fernández 12 minutos antes del choque, cuando el bote todavía estaba en el río de Miami.
La autopsia también reveló que Fernández y Rivero tenían cocaína y alcohol en sus sistemas.
“La presencia de cocaetileno confirma que hubo consumo simultáneo de alcohol y cocaína, con el uso más reciente (al accidente) entre 15 minutos y 2 horas”, concluyó el informe.
La pesquisa determinó que Fernández y Rivero llegaron a American Social, un bar en Miami, a la 1 a.m. del 25 de septiembre y pasaron allí alrededor de una hora, 45 minutos. Fernández compró dos botellas de tequila, dos tragos de vodka y uno de ginebra. Macías compró tres tragos de vodka, según el informe. Los tres se fueron a las 2:42 a.m. y el choque ocurrió a las 3:02 a.m.
El informe señala que era una noche tranquila y oscura en Miami, con una visibilidad de alrededor de 10 millas (16 kilómetros) cuando ocurrió el accidente.
Las familias de Macías y Rivero anunciaron el mes pasado que demandarán a la familia de Fernández por negligencia y daños personales, cada una pidiendo dos millones de dólares. Las familias son representadas por Christopher Royer, un abogado del bufete Krupnick Campbell, quien rehusó contestar preguntas.
Fernández tuvo marca de 38-17 con 2.58 de efectividad y 589 ponches en sus cuatro años en las mayores. Fue elegido al Juego de Estrellas en dos ocasiones, y ganó el premio al Novato del Año de la Liga Nacional en 2013.
“No importa lo que diga el informe, nada va a restarle al impacto positivo que José tuvo con Miami y los Marlins de Miami”, dijo el presidente del equipo, David Samson. “Ni tampoco disminuirá el amor y la pasión que sentía por su familia, amigos, compañeros y todos sus fanáticos en el sur de la Florida y alrededor del mundo”.