Una estación espacial cien por ciento mexicana, que no dependa de la tecnología de otras naciones es una posibilidad gracias al talento científico e ingenio de Jonathan Sánchez Pérez, mejor conocido a nivel mundial como el Mexicano Espacial.
Esta idea surgió luego de obtener el segundo lugar en la edición 17 del “Air and Space International Program 2017”, entregado por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), este estudiante de Ingeniería en Aeronáutica rompió fronteras y se convirtió en trending topic.
Jonathan fue recibido por científicos de la NASA en el centro espacial Lyndon B. Johnson, quienes después de conocer su proyecto decidieron otorgarle el reconocimiento.
Durante 30 minutos figuró en tercer lugar a nivel mundial como #mexicanoespacial y de ahí empezó a recibir felicitaciones no sólo de sus compatriotas, sino de países como Alemania, Francia, Estados Unidos e, incluso, Arabia Saudita, por ser de los pocos mexicanos en crear tecnología para la NASA.
Su plan consiste en un estudio viable para explorar el resto de los planetas de nuestro Sistema Solar; en este caso, considera las probabilidades de vida en Júpiter y para comprobarlo planea mejoras para un satélite capaz de rondar dicho planeta.
“El proyecto fue poder encontrar vida en Europa, sexto satélite natural de Júpiter, explorar la posibilidad de poblarlo, hacer un sistema de energía para alimentar software y también hice un nuevo diseño de los robots que se habían utilizado para explorar Marte y en la Luna”, afirmó.
Fue un libro de Rodolfo Neri Vela, el que transformó su vida, pues al analizar la historia del primer astronauta mexicano en ir al espacio, supo que ésa era la dirección que debía tomar, desde corta edad pedía a los Reyes Magos telescopios en vez de juguetes.
En la casa de sus familiares, en Tultepec, municipio conocido desde 1997 como “La Capital Nacional de la Pirotecnia”, Jonathan habló de sus aspiraciones a futuro y descartó ser parte de la fuga de cerebros que busca oportunidad en otras latitudes, pues para él, México le ha dado mucho y si bien desea tomar aprendizaje en el extranjero, quiere desarrollar el potencial que hay en su país.
“El reconocimiento de la NASA me abrió muchos más caminos, pero qué mejor que todo lo que generamos lo desarrollemos aquí en nuestro municipio, en nuestro estado, venir a aplicar ese tipo de energías para evitar la contaminación que destruye nuestro planeta”, destacó.
Con varias invitaciones para generar ideas, Jonathan comenzó pláticas con el Instituto Politécnico Nacional (IPN) para la realización y diseño de satélites; con esto da un paso para concretar uno de sus sueños: que México tenga su propia estación espacial y no dependa de la tecnología de otras naciones, pues para él nuestro país puede ser competente e impulsar ese tipo de tecnología.
“Vamos a ser los pilares para las siguientes generaciones, si nos unimos para poder levantar escombros, por qué no unirnos para mejorar nuestro país y para el mundo. Tenemos con qué para salir adelante”, indicó.
Además de este proyecto científico, Jonathan Sánchez realiza gestiones para crear una fundación encargada de conseguir apoyos para desarrollar ideas científicas y así evitar deserciones o que lleven sus diseños hacia otros países, lo que es lo mismo, combatir la fuga de cerebros.