La intolerancia y el odio volvió a imperar. En Estados Unidos, Gabriel Fernández, un niño de tan solo 8 años, fue torturado y perdió la vida a manos de Isauro Aguirre (37 años). El homicida pensó que el pequeño, nada menos que el hijo de su novia, era homosexual.
El hecho, que ocurrió en el 2013, estremeció a los norteamericanos por su brutalidad y ahora será resuelto por la justicia. Aguirre usaba técnicas de castigo aplicadas a prisioneros de guerra. La madre del niño y novia del asesino, Pearl Cinthia Fernández (29 años), también está implicada en la tortura y muerte de su hijo, según CBS Los Angeles.
Este martes 14 de noviembre, un tribunal presidido por el fiscal Jonathan Hatami en Los Ángeles decidirá el futuro de la pareja, informa la revista estadounidense People.
Según el New York Daily News, los “innombrables actos de abusos” cometidos por Aguirre en perjuicio del menor Fernández lo podrían sentenciar a pena de muerte.