Las redes sociales han hecho grandes avances a la hora de perseguir y reportar publicaciones que inciten al odio, según ha revelado un informe de la Unión Europea. En este sentido, los resultados se deben en gran parte a un código de conducta firmado en diciembre entre la Comisión Europea, Facebook, Microsoft, Twitter y YouTube.
Este código obliga a las redes establecidas en Europa a actuar en menos de 24 horas cuando detecten contenido racista y xenófobo en las publicaciones de los usuarios. Una medida que pretende contrarrestar el discurso del odio en Internet, cada vez más presente en los últimos años, desde el inicio de la crisis de refugiados y los ataques terroristas a varias ciudades de Europa.
El acuerdo entre la Unión y las compañías responsables de las redes sociales obliga a estas últimas a bloquear y borrar el acceso a contenido xenófobo y racista, así como a colaborar con los organismos civiles para detener este discurso y contrarrestarlo con publicaciones “anti-odio”.
En este sentido, Facebook es la red con mejores resultados a la hora de tratar con el discurso del odio, registrando el 56% de las publicaciones racistas publicadas en menos de 24 horas. Para cuando firmaron el código con la Comisión Europea en diciembre, la cifra alcanzaba el 50%.
Por otra parte, Twitter es la red social que presenta un mayor crecimiento en las detecciones de comentarios xenófobos respecto a diciembre -un 23,5% de los casos en esas fechas-. Hoy en día, la ‘red de microblogging’ detecta y registra un 39% de estas publicaciones en menos de un día.
La única red social que baja los registros es YouTube. La plataforma de video registra un 42.6% de publicaciones con mensajes de odio en 24 horas, mientras que en diciembre este porcentaje llegaba al 60,8%.
Estos resultados fueron calificados como “alentadores” por la comisaría europea de Justicia, Vera Jourová, en un comunicado.
Esto demuestra que un enfoque de auto-regulación puede funcionar si todos los actores cumplen su parte, destaca la política checa, agradeciendo a las redes sociales por su mejora en los tiempos de respuesta ante el discurso del odio.